La estabilidad económica de México recibe un golpe inesperado con la renuncia de Rogelio Ramírez de la O como secretario de Hacienda y Crédito Público. El funcionario, que había sido una figura clave en el manejo de las finanzas nacionales, deja el cargo en medio de un escenario marcado por tensiones comerciales con Estados Unidos y un posible ajuste fiscal. Ante su salida, la presidenta Claudia Sheinbaum designó como su reemplazo a Edgar Amador Zamora, quien ahora tendrá la tarea de enfrentar los desafíos económicos del país.
El gobierno federal confirmó que Ramírez de la O pasará a ocupar un cargo como asesor económico internacional, una posición que le permitirá seguir vinculado a la administración, pero sin el nivel de exposición y responsabilidad que tenía al frente de Hacienda. Aunque se citan motivos personales como la razón oficial de su salida, en círculos políticos se especula que las recientes tensiones con Washington, la incertidumbre económica y la necesidad de ajustes fiscales fueron factores determinantes en su decisión.
El nuevo secretario de Hacienda, Edgar Amador Zamora, es un economista con una sólida trayectoria en el sector público. Es licenciado en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y tiene una maestría en Políticas Públicas por la Universidad de Chicago. Su experiencia incluye haber sido secretario de Finanzas del entonces Distrito Federal durante la administración de Miguel Ángel Mancera, donde destacó por la aplicación de estrategias de disciplina fiscal y manejo eficiente de deuda pública. Además, ha trabajado con organismos internacionales en materia de desarrollo económico y gestión financiera.
El cambio de liderazgo en Hacienda se da en un momento crucial para el país. Con la amenaza de aranceles del 25% por parte del gobierno de Donald Trump, un crecimiento económico que podría desacelerarse y la necesidad de definir la estrategia fiscal para los próximos años, Edgar Amador Zamora enfrentará un reto mayúsculo. Empresarios y analistas ya han manifestado su expectativa sobre cómo manejará la política económica en los próximos meses, especialmente en lo que respecta a estabilidad del peso, inflación y el gasto público.